Alucinados ambos,
ahí
en el páramo de las cosas,
en el páramo de las cosas,
par del ocaso y la rosa,
los abismos
y las rocas
son los cuerpos del tiempo en pasado,
en precipitaciones de la nada
en la lengua,
de uva,
de uva,
en nuestras lenguas enroscadas;
que fácil el destino
de encontrar dispensas.
Ningún destino es fácil poeta, para los que alucinan en la lengua o en el éxtasis de las uvas. Un beso
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