martes, 11 de octubre de 2011

La luna que nos pierde entre la sombra


I

El hijo del poeta que no le nace,
A todos los yace sepultados en su voz,

A todos, a todos,

A nadie.


II

aniquilador

torpe vanidad de estampar al Sol

pretendiendo devorar juntos al Sol con la noche

estampados los plastos y el emplasto

con tu corazón

con la ausencia de tu relato.



III

la sangre que destilas de tu dios
Emperador Longino

No eres.


II

De tu lanza de tus dientes de la noche leo tus pasos

De tus versos te encuentro
Y giro insoportablemente bello a tu lado

Es tan fácil
hieden tus putrefactas letras la razón

No eres
te desconozco


IV

Uno a uno los grillos marcharon para morir por tu nombre:
Así de putos chillaron tu voz: oh los muertos! – cantan –
A dónde miras que no nos oyes? –oyes.

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