jueves, 14 de julio de 2011

Liviandad

I

Tras píe,
humo blanco,
blanco de la huella
y barro del relato,
torpe canto del zapato herido
que lo brilla,
que todo lo devora para caminar juntos,
descalzos, ahí;
te arrebataste
una vez más en pos de la alborada.

II 

La piedra que anochezco
yace vuelta ascura y olvidada de su dónde y dónde,
girante eterna y desplazada.

Corre al reencuentro, el sol,
del fuego y la nada
en tu pecho,
en tu peculiar sonrisa.

III

Me escuro en gravedad
a la silueta de tus pliegos destemplados,
evanescentes,
fríamente aplacados
entre dura pose y terca vanidad:

El amor que lo acontece no conoce.

1 comentario:

  1. Anochece sobre las piedras y aunque no conozcamos el amor, sabemos que acontece en la gravedad del fuego o en la evanescencia de la nada. Besos Fede

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