viernes, 23 de julio de 2010

Los nómadas del Estado

I
Pueblo de campesinos, todos muertos,
sin tierra, sin pasado, sin futuro,
sin nación.
Sin la llama que llama el tiempo,
de los tránsitos, de las proporciones,
de los lances sin estación
que palpitan desde el campo,
para erigir mundo
para erigir ciudad.

País de los sin tierra, sin llamada,
de los que desconocen el sudor
y agobio de los ojos del caos,
sin señal de las espadas
en su furia e irritación.

Tiempo del rayo que coloca su sierpe
en la muralla del destino,
para llamar a sus hijos hijo,
escudo sin resolución,

ausente, sin el calor del agua,
que resguarda el aliento,
sin el resguardo del fruto
que emerge de la boca abismo,
sin saber de castigo o pérdida,
pues que desconoce la tierra,
país ignorado por su tierra.

II

La semilla en la arena,
plantada,
donde nada germina,
donde nada sangra.
Sangre de cursos y de grietas,
de la paz establecida
en consuno ritmo
de la barbarie y la ganancia.

La tierra no lo hace,
la tierra no lo hará.
Es la más terrible máquina
Pensar que emergerá una mañana,
la más amplia infamia
la máquina de que un día lo hará.

1 comentario:

  1. La barbarie es la última versión de lo que un día quisieron llamar civilización...justamente los que se adueñan de la tierra y no conocen el sudor...

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