jueves, 20 de enero de 2011

Arquitectura

Son tus huellas de la sombra en la tarde
ciudad fantasiosa del abismo caliente,
donde tu cintura fue cincel
y tu piel fue mi martillo.

Son tus huellas en silencio,
silencios que llaman
en el suelo de mi pared.

1 comentario:

  1. ahora que los abismos no asustan porque arden en huellas de sombra, las paredes pueden gritar.

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