miércoles, 16 de febrero de 2011

La filosofía feliz. Ensayo para una transvaloración de las valoraciones de Nietzsche.

Simplemente tomaremos cuatro sentencias de Nietzsche tomadas al azar de cuatro libros distintos, sin pensar la fecha de su escritura, la mediación técnica de mi edición. No, puro eterno retorno de lo mismo:

a) Aforismo 753 de Voluntad de Poder:

No hay derecho ninguno ni a la existencia, ni al trabajo, ni a la felicidad: el destino del hombre no se distingue del destino del más vil gusano.

b) Aforismo 124 de Aurora:

¡Qué es querer!: Nos reímos del que sale de su habitación en el minuto en el que el sol sale de la suya y dice: “Quiero que salga el sol”; y de ese que no puede parar la rueda y dice: “Quiero que ruede”; y de ese que ha sido derribado al suelo en la lucha y dice: “Aquí estoy tirado ¡pero quiero estar tirado así!”. Pero, a pesar de todo, ¡carcajadas! ¿Acaso actuamos de manera muy diferente a cualquiera de estos tres cuando utilizamos las palabras “Yo quiero”?

c) Aforismo 78 de la Gaya Ciencia:

Nuestras razones para estar agradecidos: Los artistas y sobre todo los del teatro, han sido los primeros en dar a lo hombres ojos y oídos para y oír con cierto placer lo que cada uno es, lo que cada uno experimenta, lo que cada uno quiere: ellos fueron los primero que no enseñaron a estimar al héroe que hay oculto en todo hombre corriente, lo que nos enseñaron a considerarnos héroes, a vernos desde lejos y, por así decirlo, transfigurandos –el arte de “ponernos en escena” – ¡Solo así podemos pasar por algo algunos viles detalles nuestros! Sin ese arte no seriamo má que un “primer plano”, y no haríamos más que vivir enteramente bajo el ángulo de esa óptica que agranda monstruosamente lo que hay de inmediato y de vulgar, dándole de este modo la apariencia de la realidad en sí. Tal vez tenga un mérito análogo esa religión que mandaba examinar con lupa el carácter pecador de todo hombre y que convertía al pecador en un criminal inmortal: al mostrar en trono a él perspectivas eternas, enseñaba al hombre a considerarse desde lejos, como algo acabado.

d) Aforismo 78 de la Gaya Ciencia:

Nuestras razones para estar agradecidos: Los artistas y sobre todo los del teatro, han sido los primeros en dar a lo hombres ojos y oídos para y oír con cierto placer lo que cada uno es, lo que cada uno experimenta, lo que cada uno quiere: ellos fueron los primero que no enseñaron a estimar al héroe que hay oculto en todo hombre corriente, lo que nos enseñaron a considerarnos héroes, a vernos desde lejos y, por así decirlo, transfigurandos –el arte de “ponernos en escena” – ¡Solo así podemos pasar por algo algunos viles detalles nuestros! Sin ese arte no seriamo má que un “primer plano”, y no haríamos más que vivir enteramente bajo el ángulo de esa óptica que agranda monstruosamente lo que hay de inmediato y de vulgar, dándole de este modo la apariencia de la realidad en sí. Tal vez tenga un mérito análogo esa religión que mandaba examinar con lupa el carácter pecador de todo hombre y que convertía al pecador en un criminal inmortal: al mostrar en trono a él perspectivas eternas, enseñaba al hombre a considerarse desde lejos, como algo acabado.


e) Párrafo 2 y 3 de la escena X de “Por qué soy tan sabio” en Ecce Homo:

Nuestra cultura actual es extremadamente ambigua. ¡El emperador alemán pactando con el papa, como si éste no fuera el representante de la hostilidad mortal contra la vida! Lo que hoy se edifica ya no se puede tener en pie dentro de tres años. Si tengo en cuenta lo que puedo hacer, por no hablar de lo que ya viene detrás de mí, una subversión, una construcción incomparable, tengo más derecho que ningún otro mortal a que se me considere un gran hombre. Y si me comparo a lo hombres a lo que hasta hoy se les ha venerado como fundamentales, la diferencia es evidente. A esto presuntos individuos fundamentales siquiera les considero hombres; para mí son el desecho de la humanidad, productos de la enfermedad y de los instintos de la venganza, monstruos funestos sin más, y, en última instancia, seres incurables que se vengan de la vida. Yo quiero ser todo lo contrario de ellos: tengo el privilegio de poseer una perspectiva extrema para captar todos los signos de los instintos sanos. Carezco de todo rasgo enfermizo. No he estado enfermo ni siquiera en mi época de grave enfermedad. No se encontrará en mí el menor rasgo de fanatismo. La afección patética no tiene nada que ver con la grandeza; quien ha de adoptar posiciones afectadas, es falso... ¡Ojo con los extravagantes!
La vida es para mí ligera, y más aún cuando me he exigido lo más pesado. Quien me haya estado observando en los setenta días de este otoño, en los que he producido constantemente nada más y nada menos que unas obras de primera magnitud que ningún hombre ha escrito o escribirá antes ni después de mí, plenamente responsable ante los siglos venideros, no habrá visto en mí ni el más mínimo gesto de tensión, sino más bien una frescura y una serenidad exuberantes. Nunca he comido más a gusto ni he dormido mejor.

f) De El grito de socorro de la cuarta y última parte de Así habló Zarathustra:

“…
De Dicha …¿Cómo haría para hallar la dicha entre estos sepultados, entre estos eremitas? Tendré que buscar mi última dicha en la islas afortunadas, y a lo lejos, entre mares olvidados?
¡Pero todo es igual, nada vale la pena, es vano buscar! ¡Ya no hay tampoco islas afortunadas!
Así habló el adivino, entre suspiros. Mas al oír el último de ellos, Zarathustra recuperó su lucidez y su aplomo, cual persona que retorna de la luz desde un profundo abismo. “!No, no, mil veces no! – exclamó con fuerte voz, acariciándose la barba –.!De eso sé yo más que tú! ¡Aún hay islas afortunadas! ¡No hables más de eso, llorón, saco de tristezas! ¡Acaba ya de chapotear acerca de eso tú, nube de lluvia mañanera! ¿No me ves ya mojado por tu tribulación, y empapado como un perro?
Ahora voy a sacudirme y a alejarme de ti, para volver a estar seco. Y no te asombres, pues mi corte está aquí. ¿Acaso no te parezco cortés?
Y en cuanto a tu hombre superior, ¡sea, voy corriendo a buscarle en aquellos bosques!: de allí llegó su grito. Quizá le acose una bestia feroz.
Está en mis dominios, y en ellos no debe sufrir daño alguno. Y, en verdad, en mis dominios hay muchas bestias feroces.”


Abecedario

Si es Dionisio quien cabalga la furia de estos aforismos o escenas anteriores, hemos de comprender que cada uno de estos son el “argumento” de toda una tragedia, un Zarathustra, es decir, un Escritor que recorre cada texto perdido de Sófocles o Esquilo.
¿Te imaginas cuánto los amo Nietzsche para llegar a amar en sí a Dionisio?
Amor en sí será entonces la perspectiva que identificamos con el signo Nietzsche.
¿Quién soy yo?
Para fincar mi perspectiva he de mencionar cuatro escenas o argumentos polémicos, pues que esto es un duelo entre dos tigres.

Zetayequicidia


z) Mito del Árbol y de la Tela-Mujer

En la ante-historia el hombre fue valorado como portador de la semilla, simplemente así, portador de la semilla. La especialización técnica de la mujer es lo que lo seduce y lo co-instancia a que “descienda del árbol de la sabiduría” para poder poseer la tierra.
¿Cómo es esto? Juego de seducción que devendrá finca espiritual de todo linaje humano.
Las mujeres confían en sus artes, ellas aprenden a disponer de las ramas para el alimento, ellas obligan a la rama torcida a ser un tronco. Ellas llaman al árbol amor; del amor, cada mujer tiende su cortina, secreto que llamamos ingenio, el hombre que se dirige dormido a su caverna, a su árbol, a su calabozo. La semántica de caverna y calabozo nos da la pauta desde la trasversión simbólica para comprender la valoración de la mujer en la comunicación-comunidad humana.
Simplemente el misterio es misterio como para nunca obtener respuesta ¿Cómo pueden ser así? Mujer. Hombre de las ramas se dirige al primer teatro humano, para ver a Mujer en el borde de la rama para dar el salto. Abismo re-creado entre las piernas y las manos lo recibe heroico entre el cielo y el viento, tela tejida entre mano y mano.
En el borde del abismo ella le dice: “Sabes que todo esto lo hice con el ingenio de mi mano, ¿quieres saber qué puedo hacer con mis labios en tu piel? ¿Quieres ser quien puedo hacer de tomarte una costilla y hacerte mujer?”.
Al terminar, con toda la gens en las ramas de rededor observando, con la luna en argentas siluetas que dibuja sombras blancas sobre la piel muerta, Mujer baja de la tela y le enseña la tierra desierta, de noche, perdida de los caminos del Hermano Sol. La luna es Vida, le explica. Luna es Tierra y Tierra es Vida, vida es tierra y tú eres luna.
Yo soy Tierra, tú eres Luna. Dame tu Sombra Luna.
Así se fundó el linaje humano. Al estrellarse las estrellas en la Tierra tierra.
Al poseer a la hermana en el amparo de la noche de Selva.
Mujer fue Mujer-hermana, Hermana tierra, Madre de mi tierra.
Centenas, decenas de milenios en desarrollo gen-edero de domesticación del hombre al in-genio de mujer. Las vacas siempre han dado leche, las abejas siempre han dado miel. Por ende la ima-gen de Madre-Reina, madre-abeja, eterna-virgen-tierra. La tierra sólo sería reservada para el linaje humano, hominidicida en las expediciones humanas al desarrollo de la técnica. La industria maternal de amor y de guerra. Todas las potencias oscuras que velaban la secreta integridad de Mujer, misterio que levantaba abismos entre cada sombra y cada alivio. Magia siempre ha ido secreto femenino, “brujas” dice el resentido, “Mujeres”, la sabiduría.
Todo esto se per-vierte en el primer mito de la violación. Aquí está Apolo y el complejo de Casandra, sí, pero esto son mitos ya de la supremacía humana y la domesticación de signos y emblemas en la poética y filo-sofemas de la nación griega.
Es mito, no génica lo que supuestamente interesa de las antiguas tierras.


y) Principio técnico de la trasnversión automatizadora de versos.


Tomamos dos versos, uno de Rimbaund, otro de Bayron.

The steeds rush and none to pride;
But where are they the reins to guide?
A thousand horse, and none to ride!

Lord Bayron. Mezeppa, 676 y siguientes.


Le Science, le noublesse! Le progrès. Le monde marche!
Pourquoi ne tournerait-il pas?

Mauvais Sang (Mala sangre), Arthur Rimbaud.

Del primero lo podemos decir así:

Maqui- naria de incesante orgullo;
Donde están los signos de sus vientos?
Moderna era y ningún héroe!

Del segundo quiero hacer esta tra-ducción.

La ciencia la nobleza el progreso!
El mundo marchar!
Por qué ninguno cesa de pasar?

Bien tenemos tres versos para cada Poeta. Pongámoslos uno a uno.

Maqui- naria de incesante orgullo: La ciencia, la nobleza, el progreso:
¿Donde están los signos de sus vientos? ¡El mundo marchar!
¡Moderna era y ningún héroe! ¿Por qué ninguno cesa de pasar?

Escuchémoslos en orden in-vertido.

La ciencia, la nobleza, el progreso!: Maqui- naria de incesante orgullo:
¡El mundo marchar! ¿Donde están los signos de sus vientos?
¿Por qué ninguno cesa de pasar? ¡Moderna era y ningún héroe!

Per-versemos ambos, llevándolos a la desesperación platónica.

Pasado

¡La religión!, ¡los antiguos dioses, ¡mi tierra! ¡Todo vuelvo basura! ¡Los amigos!
¿El retorno de la grandeza? ¿Dónde están los antiguos vientos?
Nada de escritura, nada de tus letras. Quemaré todas sus antiguas guerras.

Futuro

La ultratecnificación científica. Economía, Espectáculos, el Tiempo.
¡Hoy va a llover! ¿Dónde estará la sección de Deportes extremos?
¡Política, basura y guerras! ¿Te imaginas vivir en otra época?


Podríamos hacerlo con otro principio. Recortar los versos en sílabas, trans-ponerlas y ver que versos se versifican. De verso en verso, de letra en letra. Siempre del sonido podemos crear nuevas eras. Esto es Poesía.


w) Por ejemplo con Bayron otra vez:

[…]

Pintadas cual si fuera corazón pincel; 665
cada irrupción como lágrima por reventar. 666

Cada irrupción = 6
Como lágrima = 6
Por reventar = 6

¿Multiplicamos? ¿Sumamos? ¿Dividendos? ¿Acaso sabemos contar?
Es tan fácil encontrar monstruos, demonios y bestias.


v) Un chiste : “¿Ves lo que quiero decir? Yo tampoco.”


u) Fragmento del apartado tres “El crack de la representación” del la tercera parte, “El ámbito de posibilidad categorial. Evento significante y evento significativo.”, de mi fallida tesis de titulación para licenciado en historia por la UNAM, Conciencia, tiempo y representación. Para una historia cultural de una filosofía hermenéutica.

La poesía, como la belleza y el amor, no son fenómenos extraordinarios al que sólo unos cuantos puedan acceder; que no se registren es otra cuestión. Por ello mismo el conocimiento del saber histórico no puede fincarse en lo extraordinario de un evento como el registro. Que tristemente así ocurra la mayor parte del tiempo encuentra su causa no en el carácter sorprendente, mínimo o exquisito de aquello que sólo es la manifestación de un criterio estético; justo en la valorización del fenómeno estético por tal criterio, criterio que termina, además, por cerrar las puertas a la vocación creativa. Nosotros buscamos la apertura, y por ello lo que llamamos mundo no es nunca un registro sin pulir. Contrario a esto, mundo es el ámbito gestado-gestivo-gestor que la poiesis está ya siempre poetizando. Más importante que el registro es lo que no se registra, y con su ignorancia, se hace notar cual silencios del discurso. Nuestros criterios de lectura no han de ser más que eso, criterios, que en caso de insuficiencia, ineptitud o anquilosamiento, han de ser sustituidos en aras del poder atender aquello que ha quedado excluido de la atención del “registro”, el tiempo y la acción en términos de nuestro estudio.
De tal forma lo que se busca someter a comprensión e interpretación para poder explicar un problema, no es la forma o el contenido como tal de una representación, más bien el empleo efectivo de la forma y del contenido en tanto ambos abarcan, a pesar de que los conceptos no rindan y los registros no lo indiquen propiamente, al representar.

Bien, después de estos diez textos, ¿qué podemos confeccionar? ¿La historia de la humanidad? ¿Criticas trascendentales a cada ámbito de especialización técnico-filológico-científico de la modernidad? ¿Poemarios infinitos que con dada vuelva de tierra la totalidad del poema vuelva a sonar en otra vida? Señores, ya existe Walt Witman.

1 comentario:

  1. es verdad que ya existe Walt whitman, pero sabès en cuàntas "hojas de hierba" se puede quedar el poeta cantandosè a sì mismo?,asì ha sido casi siempre uno acompañado por 12, y la gloria del cuerpo, el amor a todas las personas. Ya sabemos en nuestra era es un total a/for/ mismo. No se puede ni aùn amando a todos dejarse de cantar en varias versiones hasta que llega la definitiva. Hablaste de héroes y de crack, sólo el héroe debe pasar la "prueba de fuego", al igual que el crack. pero como ahora "querès ser infierno", podès condenar y romper cualquier representación. Ya llegarán otros "días ejemplares", en el que muchas cosas dejen de pasar para dar lugar a lo que tiene que venir...en las cenizas de las antiguas guerras.

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