jueves, 1 de abril de 2010

(ser piedra)

Al pedrear de la piedra no le atañen tus ironías ni tu cinismo,
atiende en paz la marcha de los eones.
De tener un destino qué nos importan tus desplantes.

Amanece

Un acontecimiento
En medio de la putrefacción de lo ordinario.
Una señal, un aviso.
Emerge de la monotonía de tu ritmo.
Vibró, como la ola que encalla,
y surge de la roca de un suspiro:
Dulce alivio del flujo incesante de las horas
que no cejan en tu torpe armonía.

Desintonizas, un rayo cual respiro,
arcano de la quietud de tu acorde repetido.
Una chista, la alegría, y ahí está tu sonrisa –
que si fuera la misma caería en la misma porquería.

Por que existo, es que suspiro, nota de una lágrima
Y agotas la última llama de tu vida.
Y al despido, un último vistazo al mundo vivido.

Alegría, un respiro,
alegría, un alivio,
alegría, el cuerpo de un amigo que ya no respira.
alegría, que todo es finito.
Y tú, monotonía eterna enemiga,
hoy mueres en el último giro de la lengua.

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