viernes, 28 de mayo de 2010

Llamas

Casi nunca llamas y al hacerlo
erradicas todos los cielos.
Del fuego son veinte mil aves
que emprenden el vuelo
para satisfacer tu aliento:
las noches en las que ni una sola sílaba
es tolerada en el contacto con el alba.
En donde cada ave viaja una plegaria,
y en cada plegaria te robas otra sílaba de los sepulcros.
Ahí los huecos del tiempo, las llamas,
lloran al aleteo de los no-muertos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Buscar este blog