sábado, 22 de mayo de 2010

Olvidos

De las noches que conoce tus grebas.
De tus grebas que lanzan augurios.
De los augurios que vomitan hormigas.
De las hormigas que laceran el cielo.
Del cielo que vuelca la noche.
Y de la noche que confunde tus rostros.

Nada de esto es poesía.

Son tus rostros que reciben la letra.
De la letra que ingiere los tiempos.
De los tiempos que horadan la tierra.
Y de la tierra que devela las noches
de tus grebas (sus insomnios) las hormigas
(sus alientos) del cielo (religiones) y las noches,
y tus rostros de la letra (el semblante)
de los tiempos (los reflejos) de la tierra
(los centuriones) y de las grebas (¡todos los mares!)
que refieren el principio de todos los versos
(o de todos los olvidos).
De eso se hace el destino. De esto se hacen tus piernas.

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