miércoles, 6 de octubre de 2010

Concéntrico abismo, geometría moral, líneas y destino

¿Supiste del espejo que fugó su rostro?
Construimos las paredes para escribir las señas de su proscripción,
uno y lo mismo, sin retorno, sin igual.
Para levantar auroras, todas iguales, ¡todas idénticas!
Para describir la torpeza de toda silueta, de todo sonido,
que mostrara lo recién impío, lo recién mortal.
No supimos de sus ropas, ni de sus pieles de piel argenta.
¿No fuimos, entonces, quienes encadenamos el sol y llenamos al mar?
Fuimos torpes como niños que se retraen de su maldad,
Fuimos malditos al querer gobernar la maldad

1 comentario:

  1. los malditos, aquí están tratando de no retraerse, en su torpeza vital...sin rostros,sin retorno,las pieles son idénticas en la maldad. Qué destino de oscuridad.GRACIAS,me hacés re-pensar algunas cuestiones de suma importancia: lo impío/lo mortal

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