jueves, 28 de octubre de 2010

XI

Ningún círculo alrededor de lo externo
de la huella de un píe;
pero no es su peso
lo que deshace la fertilidad del campo.
Se insuflan los aires para llenar globos,
pero no es su peso
lo que se pierde de echarlos al cielo a volar.
Se cierran cajas y ojos
para enterrar a los muertos,
y no es su peso
lo que resta contigo al pisar el suelo.
En la silueta de lo externo se marca nuestro pie,
pero lo interno cuenta nada, pues nada es.

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