jueves, 28 de octubre de 2010

I

Ante el no-principio del lenguaje que puede ser llamado, lo llama callar.
Pero es “falso” silencio el silencio del callar.
La sensibilidad que se le puede cantar
es su verdadera sensibilidad.
Sin sensibilidad es ocaso del día de la sensibilidad;
y con sensibilidad es la noche de los rostros de dios.
Desde el evento respondemos su insistencia;
y desde el instante, somos su única certeza.
Ambos rostros, instante y evento, desconocen el mismo fin,
Aunque con distinta sensibilidad.
Su alteridad es el silencio,
y en este silencio
pierde la Verdad de todos los infiernos.

[Regresamos a la Tierra]

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