jueves, 28 de octubre de 2010

VII

La tierra es un instante y el cielo lo desvanece.
La tierra y el cielo juegan su único instante
si deshacen su otredad
en los mitos de su placer.
Por tiempo son instante.
El tonto que permuta se adelanta,
y así pospone su muerte.
Incluye su palabra,
y su palabra lo excluye de la muerte.
Arbitraria es su astucia,
juega su propia maldad.

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